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 Me siento tan abrumada y necesito explayarme en algún lado. Hoy es mi último día viviendo con mis padres y no me lo imaginaba así para nada. Entre el estrés de que trabajé de 8 a 19, la inevitable mezcla de nostalgia e incetidumbre por lo que se viene, el miedo por lo que van a ser mis primeros traslados sola y el hecho de que mi viejo me trató mal todo el día, no aguanté más y me tuve que poner a llorar. Es real que amo romantizar mi vida: cosas como ponerle algo de ceremonia a todo lo ordinario para pensar que estoy viviendo dentro de una peli, o justificar incomodidades en ciertas relaciones para que prime la paz y afirmar en mi cabeza que todos mis vínculos son sanos.  Creo que esta romantización es justamente lo que hace que, cuando las cosas no son 100% color de rosa, pierdo mi eje completamente.  Siento que el 2021 es básicamente un año en el que se desmoronó (y está desmoronando) todo. Ojalá sea para que se reacomode como tiene que ser.